Esta es mi tarta de cumpleaños, la he hecho de tiramisú.
Este tiramisú es diferente del clásico ya que no lleva huevo y he sustituido el cacao por chocolate rallado.
Lo he hecho en forma de tarta, por ser para cumpleaños y que quede mas bonito, pero podemos hacerlo en una fuente para no desmoldar y también en vasitos individuales.
Es una buena opción para hacer una tarta sin necesidad de utilizar el horno, también al no llevar huevo crudo, sobre todo con el calor.
Ingredientes:
Para un molde redondo de 25 cm. Queda una tarta grande.
- 1 paquete de bizcochos de huevo "lady fingers" de 400 g
- 2 tarrinas de queso crema philadelphia.
- 600 ml de nata para montar.
- 200 g de azúcar + 2 cucharadas para el café.
- 400 ml de café expreso ( yo le he puesto de Nespresso )
- 100 g de chocolate negro postre, de Nestle.
- Galletas con chocolatinas para adornar, bordeando la tarta.
- Un chupito de ron.
Poner 100 ml de la nata y 100 g de azúcar en un cazo al fuego, calentar moviendo con una varilla hasta que se disuelva el azúcar, dejar enfriar y reservar.
Hacer el café, añadir dos cucharadas de azúcar y el chupito de ron y dejar enfriar.
Rallar el chocolate y reservar. Para que sea más fácil rallarlo sin que se derrita lo tendremos con antelación metido en la nevera.
Montar la nata con los 100 g de azúcar restante y reservar en frío.
Para montar la nata he utilizado un bol grande con agua con hielo y dentro de este, otro más pequeño donde he puesto la nata para montar,con el frío se ha montado perfectamente.
Empezar a batir la nata con una varilla eléctrica, cuando empiece a montar ir añadiendo el azúcar ( los 100 g restantes ) sin parar de batir, hasta que la nata haga picos y tenga la consistencia deseada.
Batir la crema de queso y añadir el azúcar disuelto en la nata que habíamos reservado.
Unir la nata montada con la crema de queso y añadimos 3 cucharadas de café con ron, ya sin batir, solo con movimientos envolventes, para evitar que se baje la nata.
Ponemos un rato en la nevera antes de comenzar a montar la tarta, así con el frío quedará más consistente.
Me ha quedado una consistencia perfecta, no me gusta que la crema quede blanda.
Para montar la tarta:
En un molde desmontable, el mío es de 25 cm.
Poner en el fondo del molde un papel de horno,que quede sujeto con el aro del borde, así será muy fácil de desmoldar.
Poner en el fondo del molde una capa de bizcochitos mojados en el café con ron, hay que mojarlos muy poco para que no se esponjen demasiado y nos ablande la tarta.
Seguidamente ponemos una capa de crema y espolvoreamos con chocolate rallado.
Cubrir con otra capa de bizcochos y seguidamente otra de crema y chocolate rallado, así hasta cubrir la altura del molde, terminando en crema.
La última capa que será de crema se espolvorea de chocolate rallado, cubriendo toda la superficie.
Cubrir el molde con papel film y poner en la nevera hasta el día siguiente, así la tarta tomará cuerpo y será mas fácil de desmoldar.
Una vez desmoldado y colocado en el plato en que se va a servir, adornar con las galletas por todo el borde, la crema hará de pegamento con las galletas.
Un inconveniente de poner las galletas es que si nos sobra tarta para otro día, cosa improbable, las galletas se nos pondrán blandas.
Podemos poner cualquier otro adorno de los bordes, chocolate rallado o cualquier otra cosa que nos guste.
Para desmoldar, lo he hecho metiendo una tapa plana entre el fondo del molde y el papel de horno, después de quitar el aro, así lo he colocado en el plato de servir sin ninguna dificultad.
Para hacer más fácil el desmoldado, el papel de horno que he puesto en el fondo lo hice dos trozos, unidos por la mitad y superpuesto, así, una vez colocado en el plato de servir, solo he tenido que tirar de cada mitad hacia un lado para sacarlo.
Hacer el café, añadir dos cucharadas de azúcar y el chupito de ron y dejar enfriar.
Rallar el chocolate y reservar. Para que sea más fácil rallarlo sin que se derrita lo tendremos con antelación metido en la nevera.
Montar la nata con los 100 g de azúcar restante y reservar en frío.
Para montar la nata he utilizado un bol grande con agua con hielo y dentro de este, otro más pequeño donde he puesto la nata para montar,con el frío se ha montado perfectamente.
Empezar a batir la nata con una varilla eléctrica, cuando empiece a montar ir añadiendo el azúcar ( los 100 g restantes ) sin parar de batir, hasta que la nata haga picos y tenga la consistencia deseada.
Batir la crema de queso y añadir el azúcar disuelto en la nata que habíamos reservado.
Unir la nata montada con la crema de queso y añadimos 3 cucharadas de café con ron, ya sin batir, solo con movimientos envolventes, para evitar que se baje la nata.
Ponemos un rato en la nevera antes de comenzar a montar la tarta, así con el frío quedará más consistente.
Me ha quedado una consistencia perfecta, no me gusta que la crema quede blanda.
Para montar la tarta:
En un molde desmontable, el mío es de 25 cm.
Poner en el fondo del molde un papel de horno,que quede sujeto con el aro del borde, así será muy fácil de desmoldar.
Poner en el fondo del molde una capa de bizcochitos mojados en el café con ron, hay que mojarlos muy poco para que no se esponjen demasiado y nos ablande la tarta.
Seguidamente ponemos una capa de crema y espolvoreamos con chocolate rallado.
Cubrir con otra capa de bizcochos y seguidamente otra de crema y chocolate rallado, así hasta cubrir la altura del molde, terminando en crema.
La última capa que será de crema se espolvorea de chocolate rallado, cubriendo toda la superficie.
Cubrir el molde con papel film y poner en la nevera hasta el día siguiente, así la tarta tomará cuerpo y será mas fácil de desmoldar.
Una vez desmoldado y colocado en el plato en que se va a servir, adornar con las galletas por todo el borde, la crema hará de pegamento con las galletas.
Un inconveniente de poner las galletas es que si nos sobra tarta para otro día, cosa improbable, las galletas se nos pondrán blandas.
Podemos poner cualquier otro adorno de los bordes, chocolate rallado o cualquier otra cosa que nos guste.
Para desmoldar, lo he hecho metiendo una tapa plana entre el fondo del molde y el papel de horno, después de quitar el aro, así lo he colocado en el plato de servir sin ninguna dificultad.
Para hacer más fácil el desmoldado, el papel de horno que he puesto en el fondo lo hice dos trozos, unidos por la mitad y superpuesto, así, una vez colocado en el plato de servir, solo he tenido que tirar de cada mitad hacia un lado para sacarlo.
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